domingo, octubre 15, 2006

Carta a una violeta soñadora (2) "Tu respuesta"

Querida violeta:
Gracias por contestarme. Esperaba tu carta con ansiedad. Cuando llegó el cartero del viento sentí un estremecimiento que jamás había percibido, y hasta del sobre surgió tu perfume de violeta amada. Qué importante, querida mía, son los olores, sobre todo los aromas y los humores personales cuando el cariño preside la existencia: pena que yo no pueda sustituir tu aroma de violeta, y mira que me gustaría, pero bueno, qué voy a hacer; a lo mejor algún día te lo propongo, pero seguro que me dirás que no, que sólo quieres tu perfume de violeta, que no te interesa un nuevo perfume aunque venga de mí por muy delicado que sea; en fin, me sentiré triste, pero terminaré comprendiéndote, aunque estoy convencido de que te convertiría en la violeta que mejor huele del mundo, aunque no sé si eso sería bueno, porque los hombres tratarían de hacerte suya a toda costa, y entonces yo sería un ser muy infeliz, un pobre soñador como siempre lo he sido.
También gracias por la foto que me envías de esos escalones que dices querer compartir conmigo. Acaso, querida mía, ¿te han quitado del alféizar de la ventana del salón? Espero que esa mujer bella que es tu dueña no te esté maltratando, porque como te dije en mi anterior carta, yo la amo a ella porque cuida de ti y te hace una violeta feliz. Sí, desde luego, cariño mío, quiero compartir esos escalones contigo, y haría cualquier cosa por pasar una tarde junto a ti los dos sentados juntos, muy juntos, cogiéndonos de la mano, aunque ya sé que las violetas sólo tienen hojas y flores, juntando los carrillos y posando nuestros labios humedecidos, besándonos al fin con la ansiedad que da el amor cuando se halla en la lejanía, más allá del horizonte, lleno de celajes con millones de matices que no son otra cosa que las dudas originadas por el mismo amor. Me hace feliz, muy feliz nuestra relación amorosa, querida violeta.
Por cierto, en la segunda foto que me envías, diviso el mar al fondo. ¿Cómo es posible que te hayan llevado al mar? Una violeta tan hermosa como tú puede entristecerse por la acción de las aguas marinas. El mar es hermoso, y por grandioso a veces placentero, pero no entiendo qué haces tú al lado del mar. ¿Quién te ha sacado esa foto? Si al menos fueras madre, a lo mejor, te la hubiera sacado tu hijo, con ese amor que ponen los hijos en las cosas que hacen para sus madres, porque de verdad, querida mía, estás guapísima, eres la violeta más linda del mundo. Claro, ha pasado el tiempo, yo no lo mido desde tu ausencia, y has podido tener un hijo que te ha sacado esa foto tan hermosa, al menos quiero pensar eso, porque triste sería que fuera otro hombre.
Tengo algo de prisa, pues es mi hora de soñar despierto, pero seguiré escribiéndote, amada violeta.
Que la brisa acaricie tu tez como si fueran las yemas de mis dedos,
Tuyo.

No hay comentarios: