lunes, octubre 16, 2006

Carta a una violeta soñadora (3) "Recuerdos"

Querida violeta:
Hoy me siento cansado. La vida es dura, o a veces la hacemos dura, querida mía. Sigo como ayer repasando papeles, y en uno he encontrado la factura de tu compra, allá por un mes de julio, y no sé por qué en vez de una factura a mi parecer tenía en mis manos una serie de documentos bancarios en inglés y una tarjeta de crédito de un banco de New York cortada en cuatro trozos. Entonces, amada mía, me imaginé el momento en que pasaste a ser mía, cuando acaricé tus hojas y tus flores, te leí un pequeño relato y besé tus labios de violeta, ante tu estupefacción, es verdad, pero con tu correspondencia, desde luego, porque si no fue así que venga el diablo y me lleve.
Recuerdo que, a partir de aquel instante, te coloqué en el balcón de mi memoria, entre sol y sombra, y leí en tu bonita faz que no salías de tu asombro, porque no entendías nuestro beso, mucho menos siendo tú una violeta y yo un hombre. ¡Y es que la vida es una peripecia! ¿O no, querida mía?
Me sentí preocupado aquel día, porque mi atrevimiento podía costarme tu lejanía para toda la vida, y hasta tu reacción por ofendida tenía todos los visos de que te pusieras mustia y perdieras tus flores, al fin y al cabo el futuro amor hacia mí. Afortunadamente no ocurrió así y aquí continuamos, a veces haciendo de la lejanía una cama de hotel y de la cercanía una ansiedad propia de los más celosos amantes.
¿Te regué ese día? No lo recuerdo. ¿Estaban húmedos nuestros labios? Si lo estaban es que te regué, amada violeta. Debí abonarte, para que te hicieras la ilusión de que tu amado te regalaba unos lindos pendientes. ¿Te aboné o te los regalé? Sin duda, cariño mío, tienes un amado loco, que todo lo confunde, desde una mujer a una violeta, desde el agua a la humedad de unos hermosos labios, desde un abono a unos pendientes. ¡Pena de hombre que te ha tocado, violeta mía!
Ah, se me olvidaba: esta mañana soñé despierto que entrabas en mi habitación cuando estaba desnudo y me regalabas una rosa para conquistar aún más mi amor. ¡Cómo sabes enamorarme, cariño mío!
Recibe mi más tierno beso en tu hoja más tierna,
Tuyo.

No hay comentarios: