martes, agosto 07, 2007

Carta a una violeta soñadora (10). "Una tarta para ti"


Querida violeta:

Necesito contactar contigo para que sepas de mi recuerdo por ti. Yo sé que, como buena planta y agradecida que eres, te alegrarás, y quizás lo celebres como si fuera tu cumpleaños regalándome una de tus hermosas flores, aunque no creo yo que las violetas sepan de ese tipo de celebraciones cada año, porque si así fuera, sería yo el primero en regalarte la tarta que nunca has tenido, la tarta más grande del mundo, una inmensa tarta de güisqui, por ejemplo, con lo menos 370 velas, para que tú, con tus hojas o tus ojos o tus labios fueras apagándolas una a una, mientras yo, detrás de tu maceta, acariciaría tus flores y tu tallo y tu esencia de planta igual que si fueras mujer, como el que no quiere la cosa, a lo tonto, es decir, como un amado despistado que toca amando pero sin dar a entender que ama y toca, sino que quiere con todo su corazón.
Sigo estando loco, ¿verdad? Ay, cómo no pude encontrarte cuando echabas tus raíces en la vida. Ay, cómo habré podido dejarte ir de mi jardín o del alféizar de mi ventana. Ay, cómo no he ido a buscarte ya para arrancarte de manos ajenas que tal vez te estén dejando morir de sed y de amor en cualquier rincón. Ay, querida violeta: ¡ay!
Tuyo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Debo decirle que en toda mi vida he leido unas cartas tan hermosas. Me gustaría ser esa violeta para recibir tanta ternura.

Anónimo dijo...

Debo decirle que en toda mi vida he leido unas cartas tan hermosas. Me gustaría ser esa violeta para recibir tanta ternura.